jueves, 23 de julio de 2009

JUAN L ORTIZ

MIRADO ANOCHECER


Tras de la lejanía de las quintas ya obscuras

el sol es ahora sólo un recuerdo rosado.


Dos vacas melancólicas parece que viniesen

del ocaso con toda su morosa nostalgia.


Y por oriente otras, blancas, con recentales,

en la luz ideal que casi las azula.


Balidos. Las chicharras cantan. — Aunque tú eres,

me hubiera yo quedado un rato más aquí.

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